Thoughts


"Sin música, no hay vida"
https://www.youtube.com/watch?v=28Qi4jLtigc

“THE GUNFIRE AROUND us makes it hard to hear. But the human voice is different from other sounds. It can be heard over noises that bury everything else. Even when it's not shouting. Even when it's just a whisper. Even the lowest whisper can be heard - -over armies... when it's telling the truth."
-The Interpreter (Sydney Pollack, 2005)

No hay nada que me deje tan pensativo como escuchar declaraciones de ciertos políticos. Normalmente me hace detestar mi determinación por escuchar a todo el mundo para intentar comprender, conciliar, y crear ideas útiles para la sociedad. Esta tarde frente a éste pensamiento me ha venido a la mente el recuerdo de algo que pensé en el último concierto de Isabel , a quien le dedico con cariño éstas palabrejas. Y entonces ha saltado la chispa. La solución a una pregunta que surgió hace muchos años.

Hace bastante tiempo ya, cuando todo zagal decide medio enserio qué hacer con su vida, Isabel María Rubio Molina dijo a un estimado profesor qué quería hacer.Recibió una respuesta que le sorprendió tanto que tardó en comentármelo. Le dijo que quería dedicarse a la música, y éste le espetó algo como "qué desilusión" -no recuerdo qué fue exactamente pero ése era el sentido-. Yo estaba de acuerdo con ella por supuesto, porque tengo el convencimiento de que es una bendición dilucidar para qué está hecho uno. Y no hay mayor acto de bondad que "llegar a ser lo que se es"




Sin embargo, ahora tengo una respuesta más llana para explicar por qué no es una desilusión que se dedique a la música, sino todo lo contrario: algo vital, de primera necesidad, y de una importancia capital para el mundo en el siglo XXI, a la altura de la presidencia de gobierno.

Entiendo que el profesor quería decir que, con la cualidades que ella tiene, sería más últil ponerlas al servicio de algo más “elevado”; política, sociedad, investigación médica, nuclear o espacial. Porque, siendo una persona decente, ella buscaba también el bien en el mundo, el entendimiento, la paz. Ayudar al mundo. Dedicarse a tocar música, que viene a ser darle la espalda al mundo y vivir en el “País Nunca Jamás” era como una traición a lo que ella era.

Yo fuí más crédulo; aunque no pude dedicarme, sí resulté un apasionado del periodismo. Mi justificación le hubiera encantando a éste profesor -a quien le sigo guardando un inmenso cariño-, que era: “transmitir la verdadera información importante al mundo, objetiva y real, contrastada, para que todos creemos un mundo mejor”.
Pues bien, tras años leyendo noticias, estudiando antropología, analizando políticas, escuchando a unos y a otros, comparando historias nacionales, y hablando de todo con todos, resulta lo siguiente. No hay tal cosa en el mundo como justicia, bien, mal, razón o verdad.
Todo es mentira. Un teatro falso y desgraciado:
Cada persona ve lo que le da la gana. Siempre hay argumentos para todo. A veces una mentira se desenmascara, pero se argumenta a su favor que es necesaria. Se construyen puentes para el entendimiento, pero el sufrimiento los dinamita. La ignorancia popular frente a otras culturas es, las más de las veces, imposible de salvar por el necio que, ni sabe ni quiere saber. Nuestras ideas están limitadas por los medios. Nuestro bagaje cultural. Nuestra percepción y nuestras religiones. Nuestros prejuicios. La historia y el sufrimiento acumulado. Nuestro país cada vez lo dividen más en dos bandos, aunque ahora estemos intentando aglutinarnos. Estamos vacíos por dentro. Cada uno tiene una justificación para lo que hace, e incluso a veces la violencia es la última defensa del hombre decente, pero desafortunadamente, las balas cierran los corazones a potenciales amigos. Y por si fuera poco, la sociedad del entretenimiento cada vez más se convierte en "sólo" entretenimiento. Ésta es mi visión, al menos. Tan errónea como la de cualquiera.

El camino de la razón, es una senda estéril.
Sin embargo occidente persiste, porque vendió su alma al diablo y sus demonios por maquinitas.

¿Por qué creo que dedicarse a la música es lo más noble del mundo, más que cualquier otra cosa?
¿Acaso la música va a solucionar los problemas del mundo?

Podría.

Sucede algo mágico cunado la música llega a nuestro corazón. Estamos escuchando algo que no pretende vendernos nada, ni convencernos de tal o cual decreto real. Primera cosa, carece de intencionalidad. Y esa ya es extraño, pensamos, ¿algo porque sí, en un mundo que todo tiene un -maldito- por qué?
Y ésto es así por la alquimia que se produce entre el/los músicos y el oyente, y entre los primeros, y entre los segundos. Una alquimia que es más grande que la que esos freaks medievales pretendían. Una alquimia que supera todas las expectativas de cualquier político cínico, y algo que indudablemente no pueden comprender muchos. Ésta alquimia es UNIR a tantas personas como sean capaces de escucharla en un único sentir, danzando sin saberlo alrededor de un mensaje sin palabras que se dispara como una flecha al corazón del alma humana, donde nos damos cuenta de lo más preciado y maravilloso que la música, sea la que sea tiene en su haber: la VERDAD

La música jamás miente.
La música es lo más parecido a la vida: puede ser cualquier cosa, y no tiene un por qué.
La música es la única manifestación artística que jamás se malinterpreta.
Repito: la música es la única manifestación artística que JAMÁS se malinterpreta.
En un concierto yo podía mirar al violín de al lado y ver en sus ojos cuanto yo tenía en mi corazón.

Y la receta a ésta alquimia que siempre acompañará al ser humano, conserve o pierda la esperanza -porque la música es indisoluble del hombre- jamás la poseerán las palabras de nadie ni ninguna otra cosa sobre, encima, debajo o entre la faz de la tierra. Es un pedazo del paraíso, un pedazo del absoluto platónico, que sale del alma de cada uno y que en las sinfónicas, o dúos, o cualquier forma de agrupación musical, tiene su máximo exponente, y consigue lo que NUNCA han conseguido políticos, filósofos, o profetas: aunar en un único sentir a las personas, en completa igualdad y armonía. La música te mira con sus ojos multicolores, completamente desnuda, real, sin dobleces.

En La intérprete, cuya protagonista siempre me recuerda precisamente a tí, un dictador lee ese párrafo. Y preguntaréis, ¿porqué escribes este párrafo aquí, si está hablando de las palabras?
Pues porque la clave no está en las palabras, sino en la verdad, sin la cual las palabras no tendrían sentido.
La música es la verdad. Y como tal, puede cambiar el mundo. No
necesitamos más partidos políticos. Necesitamos más orquestas y más músicos, porque no es sino la verdad lo que puede cambiar el mundo, como empezó haciendo Baremboim con la West Eastern Divan. ÉSO ES CAMBIAR EL MUNDO.

Mi amiga se dedica valientemente a luchar por el ser humano. Se dedica a dignificar al ser humano, a fortalecerlo para imaginar que las cosas pueden ser distintas, a prepararle para conocerse a sí mismo, a enseñarle a mirar a la otra persona, le enseña a amar. Mi amiga es t gimnasta, terapeuta, político, doctora, socióloga, activista, religiosa, científica, matemática.

En ciertos momentos, un golpe de batuta puede salvarte la vida.




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